jueves, 23 de abril de 2015

Todo previsto

REDACCION FINALISTA

Por David Sobrino. 2º Batx. E

Si realmente todas las posibilidades estás previstas,
 si todas las sendas andadas fueron previamente
 marcadas y por tanto descubiertas, si las decisiones
 se toman en consecuencia y mediante influencias,
 ¿realmente la libertad es una utopía
 o es simplemente imposible? 

         La palabra libertad, filosóficamente se suele tomar para designar la facultad del ser humano que le permite decidir llevar a cabo o no una determinada acción según inteligencia o voluntad; y políticamente para el derecho, o la capacidad y habilidad, de la libre determinación, como expresión de la voluntad del individuo.
Hablemos de libertad y vamos a profundizar en lo que, en una sociedad como la que luce actualmente suena más a utopía que a realidad, procedo.

Primero hablemos del significado más básico que se le puede dar a esta palabra, que se refiere a la capacidad de un ser humano de llevar a cabo determinadas acciones regidas por su voluntad, es decir, la habilidad humana para hacer aquello que queremos hacer. Pero, ¿somos libres? Muchos países entraron en guerra en su momento bajo la premisa de buscar una tierra para hombres libres, hombres libres, como término. Ahora, ¿son libres los hombres? ¿Son capaces los humanos de hacer todo aquello que quieran hacer? Es fácil decir que no, pues, tras plantear una saga de ideas absurdas esa conclusión nos queda, pues un hombre no es libre de volar de la misma forma de que un pájaro, por ejemplo, ni de mover objetos con la mente, a pesar de que se desee con fuerza y decisión. Entonces, ¿somos libres de hacer cualquier cosa que no infrinja las leyes de la física moderna? De la misma forma que dijimos que no, ahora podemos decir que sí, pues, ¿podría un hombre diseñar un artefacto que le hiciera volar por el cielo? Ah, eso sí, claro, podría, es posible, pero eso no quiere decir que sea libre de hacerlo, pues se necesita de conocimientos para diseñar este artefacto, por ello, a pesar de que quiera hacerlo, éste estará condicionado, pues sin el conocimiento adecuado, no puede diseñarlo y por consiguiente, no es libre de diseñar un artefacto que le hiciera volar como un pájaro. Y aquí se presenta un término que es bien importante para continuar: condición, que junto a causa, definirán mi postura ante la capacidad de los hombres ser libres de hacer y elegir.
         El determinismo es una doctrina filosófica, que sostiene que todo acontecimiento físico, incluyendo el pensamiento y acciones humanas, están causalmente determinados por la irrompible cadena causa-consecuencia, y por tanto, el estado actual "determina" en algún sentido el futuro, es decir, todo aquello que ocurre, se justifica detrás de determinadas causas. Ahora planteemos una situación perfectamente imaginable: un país entra en guerra por motivos religiosos con la mayor potencia armamentística del planeta, la guerra dura ya dos años y la vida para los habitantes de ese país se basa en condiciones lamentables. ¿Es libre un padre de familia de coger a sus congéneres y huir de su país en busca de una vida mejor? ¿Es… libre de elegir esa opción? Podría quedarse perfectamente y seguir con su vida, puede hacerlo, nadie le está obligando a irse, podría quedarse en su hogar con su familia, pero el padre de familia, termina emigrando. ¿Fue libre entonces de irse? En mi opinión no, desde luego que no. Diversas causas provocan que la situación que se vive en su país sea crítica, pero justa para dejarles con vida y a pesar de ello decide irse.
Obviamente, diversos motivos condicionan a  irte, aquí puedes estar, pero es que fuera puedes estar mejor y el miedo o la sospecha pueden incitarte a irte, luego no es una decisión que esté tomando este hombre, más bien es a la cual le están llevando diversos motivos, diversas causas.
Es muy bonito pensar que la vida es un lienzo en blanco y que cada uno traza su propia ruta, cada uno es libre de trazar la ruta con la forma que quiera, pero en mi opinión ya existen todas las rutas posibles y lo que cada uno hace es seguirla, ni siquiera se puede crear una nueva, pues ya existen todas las posibles, sólo que sutiles influencias te llevarán a tomar una ruta u otra, pero ten por seguro de que no tendrás delante de ti un lienzo en blanco, más bien una maraña de líneas, como si un ejército se hubiera recorrido el desierto del Sáhara de arriba abajo y hubieran dejado sus huellas marcadas sobre todas y cada una de las dunas y ahora comenzaras a caminar, sólo andarías sobre huellas.
¿Y si hablamos de vivir libremente? ¿Como nosotros mismos deseemos? ¿Hacer, pensar, creer lo que queramos? De nuevo yo diría que no. ¿Qué hacer y en qué pensar? Yo creo que está bastante influenciado el pensamiento tanto por doctrinas como por dogmas. Así es que no seremos capaces de pensar nada más allá de lo que ya se ha pensado. Igual podemos darle un lavado de cara y un par de vueltas, añadiendo detalles y demás, pero no será nada que no se haya visto, pues se teñirá de todo aquello que otros ya han pensado y publicado, los conocimientos de cada uno, las creencias de cada cual, se basan en la influencia, no somos realmente libres de pensar, más bien somos presos de los detalles de otros pensadores mayor o menormente reconocidos.
En una ocasión, el intelectual francés Enrique Lacordaire dijo: “La libertad es el derecho de hacer lo que no perjudique a los demás” y yo digo que mi libertad termina donde empieza la de los demás. Y así es, es posible que yo pueda ser libre si entiendo “libre” bajo la definición más hippie de la palabra, la cual se dirigirá más a ser capaz de llevar a cabo cualquier acción que tenga impacto en la vida diaria y personal y por consiguiente en una sociedad plural cualquiera, con sus efectos y consecuencias. Yo podría hacer cualquier cosa, desde luego, la sociedad moderna así lo permite, pero en el momento en el que una acción de otro ciudadano libre como yo cuarte mis posibilidades, yo dejaré de ser libre, pues no seré capaz de hacer cualquier cosa, no seré libre de ello, por eso mismo, no existirá una libertad de acción real, ni para mí ni para otros, pues a aquel que me deje sin libertad, probablemente le terminen castrando la suya de igual forma. ¿Y cuando el individuo no dispone de medios intelectuales o morales para decidir lo que puede o no hacer? ¿En el caso de un menor mental o social? ¿De un niño? El problema es más complicado, ya que la ley de una sociedad o el derecho de un Estado no bastan. También debemos tener en cuenta la ley moral. Aunque primero deberíamos refrescar la teoría de que al parecer, nadie es realmente libre de elegir, de decidir, de hecho, un niño se acercaría más a poder tocar este concepto con los dedos, dado que teniendo en cuenta su corta vida, las influencias que se reciben son mucho menores que las que moldean la mente de un anciano experto en esto de respirar y seguir con vida.
Y todavía no dejaremos ir a este niño, pues hablando de ley moral y del hecho de dejar de ser libres por culpa de la libertad de otros, deberíamos enlazarnos con el hecho de que haya gente que mediante cierta autoridad cuarten la libertad de otras personas, ya sea mediante las leyes de una sociedad o la propia ley moral. Acabamos de ver por qué un niño se acercaría más a ser alguien libre que cualquier otra persona de mayor bagaje, mas también son precisamente los niños a quienes se les imponen más restricciones. Atarse bien los cordones, cepillarse los dientes antes de dormir o no salirse de la línea cuando pintan con rotuladores son consejos que bien pueden ser beneficiosos, pero que a su vez cuartan la libertad del niño de vestir como quiera, asearse como quiera o expresarse como quiera.
Puede no ser así, pero los padres de nuestro niño, mediante una autoritaria imposición, una serie de “leyes”, acerca de lo que debe o no hacer en público y privado, en mayor o menor medida estarán coartando la libertad de este niño, seguramente “sea por su bien”, pero esto no significa que sea malicioso para su libertad. E igual que los padres pueden coartar la libertad de un niño mediante una ley moral, otras personas pueden hacerlo ejecutando las leyes del Estado. Todos sabemos de esto, ¿eh? Vivimos estas situaciones muy a menudo, sobretodo si tienen un tinte policiaco, de hecho, un hombre, que no está atado a la hipoteca de una casa, a quien no persiguen los bancos ni los prestamistas, que de lo único de lo que se debe preocupar es de seguir con vida, no puede dormir ni en la calle sin que al despertar, dos agentes de seguridad traten de multarle por desorden público. ¿Ni siquiera somos capaces de dormir en un banco del parque? A estas personas se les ha privado de su “libertad”, ¿y eso está bien? ¿Es malo por el contrario?
¿Cuándo es bueno y/o necesario privar a alguien de su “libertad”? Aquellos cuyas acciones perjudiquen a un colectivo deberían de ser privados de ella, ¿no? Cuando el bien común corre peligro y hay que frenarle los pies a aquel que puede hundir un poco más la sociedad, ahí hay que intervenir, ¿verdad? ¿Ahí? ¿De verdad?
Criminales, por ejemplo se ven entre cuatro paredes, sin poder comer nada más que lo que le den, sin poder salir más allá de unas rejas, sin poder ver más gente, encerrados sin más opción que la de seguir cumpliendo condena durante un largo periodo de tiempo y aquí lanzo una pregunta: Si tan valiosa es para la sociedad esa “libertad” que se anhela, ¿cuán graves son los crímenes de un hombre para privarle sistemáticamente de ella sin más opción? ¿Realmente son más graves que valiosa es su “libertad”? Parece un cambio justo por ejemplo, el de la vida de una persona por la libertad de su ejecutor. Desde luego todos los crímenes se juzgan y analizan en consecuencia por… personas. ¿Realmente, alguien puede privar de su libertad a otra persona? Alguien que no es libre, dudo que tenga la potestad de hacer que otra persona no-libre, deje de ser libre, suena absurdo, pero supongo que se trata de justicia, ¿no? O personas que por motivos religiosos prohíben la libertad de los individuos, sobretodo en las religiones más radicales, donde tomar decisiones con total libertad como podría ser cómo vivir tu vida y con quién en una relación amorosa, se tacha de pecado.
Chicos que por otra parte, no permiten que sus novias hablen con otros chicos por redes sociales y les restringen las cuentas, les aplican una política sobreprotectora o simplemente se castiga bajo la excusa de los celos, pero, ¿hay acaso excusa para privar de la libertad? La respuesta a esta pregunta no la daré y cada uno la guardará para sus adentros, pues sobran las palabras. El niño y sus padres, el preso y el juez, el mendigo y la policía, el alumno y el profesor, simplemente, gente que mediante su autoridad y ley convierten a la libertad como tal en una utopía, por definición, inalcanzable.  
Si realmente todas las posibilidades estás previstas, si todas las sendas andadas fueron previamente marcadas y por tanto descubiertas, si las decisiones se toman en consecuencia y mediante influencias, ¿realmente la libertad es una utopía o es simplemente imposible? Y bueno, si todas las decisiones que se toman se moldean mediante influencias y condiciones, ¿qué pasa con las decisiones aleatorias? Pues creo que es fácil saberlo, si antes no éramos libres de decidir, ahora encima decide el azar, ni siquiera somos nosotros, luego está muy difícil saber si existe realmente o no, ¿verdad? ¿Somos libres? No. ¿Hay alguna forma de ser libres? Bueno, ¿y mediante el subconsciente?
Claro, ahí no tienen cabida las influencias de ningún tipo, por definición, es el conjunto de procesos mentales que desarrollan una actividad independiente, claro, si es nuestra mente aquella que decide de forma independiente,  puede que ahí es donde resida la libertad, en la capacidad de acción más primitiva del ser humano, ¿no? Ser capaces de hacer cosas, tomar decisiones sin que las influencias se tengan en cuenta, ¿no es eso ser libre?
Pues si recurrimos de nuevo a la definición anterior por cortesía del World Reference, “subconsciente”, se define como conjunto de procesos mentales que desarrollan una actividad independiente de la voluntad del individuo, y como dijimos en un principio, la libertad es la facultad del ser humano que le permite decidir llevar a cabo o no una determinada acción según inteligencia o voluntad, luego, la inteligencia es un factor imprescindible para la libertad y obviar esta premisa sería poco inteligente. Entonces, sólo nos quedaría, por descarte, plantear una única situación en la cual un ser humano sea totalmente libre de pensar y decidir. Un ser humano, que desde el momento de su nacimiento se haya criado en soledad, aislado, con sin contacto humano ni de ningún otro tipo, en un emplazamiento sin límites, para que pudiera ir por donde quisiera, provisto de todas las necesidades imaginables, ahí, sí que sería totalmente libre de pensar y hacer cualquier cosa sin ser coartado por la libertad o acción de otros, ni condicionado por influencias ajenas, influencias que no se recibirían. Ahí nos acercaríamos casi totalmente a lo que verdaderamente significa la libertad.

Cuando digo que soy libre en el primer sentido (libertad externa), quiero decir que una acción mía no se ve obstaculizada, y que por tanto puedo llevarla a cabo.
¿Eh? Exacto, así es, de hecho, es una forma ideal de definir la libertad, pero… falta la parte en la que digo que soy yo, que es mi decisión la que me lleva a hacer la acción en cuestión. En conclusión, la libertad como concepto se queda en esta sociedad entre la utopía y la inexistencia, o no existe realmente o está tan lejos que jamás llegaremos a tomarla. 


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