martes, 6 de enero de 2015

FC. TEMA EL CONFORMISMO. ¿Por qué ser o no ser conformista?

Por Javier Esparcia, 1º Batx CF

El diccionario define Conformidad como la posibilidad de que los miembros de un grupo social cambiarán su comportamiento, opiniones y actitudes para encajar con las opiniones del grupo. De esto se deduce que en el conformismo es muy importante el papel del grupo. Esta es la primera cuestión a tratar. Además, en este caso hay recordar lo que a los jóvenes se nos dice muchas veces, que si hacemos todos lo mismo que el que consideramos líder, sin valorar lo acertado o no de la decisión, empezamos a actuar como “borregos”.

Por tanto, la segunda pregunta que nos hacemos es si es mejor ser conformista o inconformista. Realmente dependerá de la situación. No siempre será bueno ser conformista al igual que no será bueno ser siempre inconformista, porque, que seas inconformista no quiere decir que seas independiente, porque a lo mejor es que eres intolerante, cabezón y rebelde. Ciertamente a muchos no les gusta que les digan que son conformistas porque la palabra tiene un sentido despectivo. Sin embargo, si se utiliza el término o palabra sinónima que es tolerante, la cosa cambia. A todos nos gusta relacionarnos con gente colaboradora, tolerante, que participa con el grupo, que se integra. Pero a la vez, también queremos ser nosotros mismos por lo que hay que analizar las cosas con criterio.


Con relación al papel del grupo hay que tener en cuenta que éste variará dependiendo de varios factores, como el tamaño, lo cohesionado que esté, la coherencia interna, la orientación que tenga (tipo de actividades), o la forma en la que se tomen las decisiones. 
  • Por ejemplo, es más fácil ser conformista dentro del grupo de amigos si este es reducido y existe cierta buena relación. Sin embargo, si hay más de dos subgrupos, con mayores diferencias de ideas, entonces es más difícil tomar decisiones. Siempre es más difícil poner de acuerdo a más gente. 
  • Por otro lado, si el grupo ya se conoce desde hace mucho tiempo, la cohesión interna suele ser mayor, y eso facilita tomar decisiones en la que más miembros están de acuerdo. Otro factor es la coherencia interna. 

Pienso que la actividad o actividades principales del grupo también pueden influir. Por ejemplo, si el grupo se une solo para jugar al fútbol no hay muchos motivos para que haya discrepancias. Debería ser fácil ponerse de acuerdo (los días y la hora para entrenar, la posición en el campo de cada jugador, etc.). Otra cuestión diferente es que practicando la actividad sí pueden surgir diferencias (y poco conformismo), porque siempre pensamos que el compañero podría haber hecho otra jugada diferente. 
Pero si el grupo se une porque son amigos y salen todos los fines de semana. Entonces en principio habría muchas más alternativas (salir o no salir, salir al cine, a casa de uno u otro amigo, jugar a la play, a las cartas, quedarse en un bar a tomar una coca-cola y charlar, etc.). Por eso en los grupos de amigos las posibilidades de que surjan diferencias de lo que cada uno quiere hacer, son muchas, y es donde más podemos ver el grado de conformismo o inconformismo de cada uno. 

Y por último también he dicho que la forma en la que se toman las decisiones puede influir. Así por ejemplo en un grupo puede haber uno o dos que sean los que siempre tiendan a decidir por todos los demás, o bien que se discuta y entre todos se llegue a un acuerdo. 
  • También la existencia de más de un líder puede condicionar las decisiones en el grupo. Por tanto, es cierto que en muchas ocasiones somos conformistas, pero eso es también porque somos sociales (y nos interesa ser conformistas, porque es más cómodo para formar parte del grupo). 

Y aquí puede introducirse otro tema importante relacionado con el conformismo, que es el miedo. A veces callamos las opiniones personales por el miedo al rechazo del grupo, miedo a ser diferente, miedo a quedarse solo porque el hombre necesita estar en el grupo. Si eres rechazado pasas a ser un  marginado. 

El miedo es un tema clave o muy importante en el conformismo. Por ejemplo, si la mayor parte de la clase dice que un político ha hecho una cosa bien y un alumno piensa que no, probablemente no se atreva a dar su opinión, bien por miedo al ridículo porque piensa que si la mayoría lo ve así, tal vez el equivocado sea él, o bien por miedo a que lo tachen de ser de otra corriente a la de la mayoría. 
Y esto está relacionado, la autoestima, decisiva para entender por qué se dan más o menos las actitudes conformistas. Si estamos seguros de nosotros mismos, también lo estamos de nuestras ideas y de que podamos defenderlas. La autoestima es valorarnos a nosotros mismos y nuestras ideas, y nos ayuda a perder miedo a exponerlas, a no ser conformistas con lo que no estamos de acuerdo. Por eso hay que tener muy claro que aunque es bueno estar en grupo y ser tolerante, eso no significa que tengamos que ser dependientes y conformistas con todo, incluso callando aunque no estemos conformes con lo que se dice, se opina, se decide o se hace. 
Así, si se es muy dependiente se puede caer en la sumisión que es un tipo de conformismo muy negativo porque se basa en el castigo y premio y destruye la parte del conformismo positivo, de aprender analizando la información. Ejemplos de conformismos negativos en la historia hay muchos y han dado lugar a hechos muy crueles. Me refiero al holocausto nazi, que mato a millones de judios, gitanos, etc. basado en la sumisión y el miedo al líder. 

Por tanto, el conformismo basado en el castigo y recompensa (partiendo de la sumisión o la identificación acrítica), no puede ser nunca bueno porque anula a la individualidad de la persona. 
Y, por último, hay otro conformismo, el personal que tampoco es bueno. A veces nos conformamos con unos resultados en el instituto. Sin embargo, si somos conscientes que hemos podido trabajar más o sacar mejores resultados, no debemos ser conformistas, y esforzarse y trabajar para avanzar, mejorar y superarse. 
Pero, por otro lado, el no ser conformistas con nosotros mismos no significa tampoco que cuando las cosas no salen como esperamos, tengamos que amargarnos. Lo importante es que estemos conformes con el trabajo y esfuerzo que hemos realizado, es decir, que nos hemos esforzado todo lo que hemos podido. Y teniendo eso claro, si los resultados no son los esperados, no hay que tirar la toalla y conformarse, sino intentar superar las dificultades que hayamos podido tener y mejorar para la próxima vez. Por eso en las cosas del instituto tenemos que ser un poco inconformistas, porque siempre es posible mejorar y hacer las cosas un poco mejor. 

  

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