¿Hijos perfectos? Sobre las posibilidades del diseño genético

CESAR SOTO. 1er. Batx. E

¿Alguna vez te has cuestionado el aspecto y características que podrán tener tus hijos? ¿Y si pudieras diseñarlos de forma ‘’voluntaria’’, dentro de algún programa de lo que se ha denominado Eugenesia? ¿hasta qué punto sería adecuado o inadecuado? 

¿sería igual haber llegado hasta ser el mejor mediante el esfuerzo
 y el trabajo de ensayos diarios que al de una modificación
en los genes que ya te hiciera tener una habilidad especial?

Existen padres y madres que se plantean el tener al hijo perfecto, un paso más dentro de lo que se ha llamado la tendencia a la Hiperpaternidad en nuestra época (los padres volcados totalmente en la mejora y control educativo en todos los aspectos de sus hijos) ¿y si esto fuera posible hoy en día? ¿y si hoy existieran los medios para esto? ¿y si esa hiperpaternidad que desea el hijo ideal pudiera alcanzarlo? Entonces, si una vez se produjera esto , ¿a qué se denominaría perfección y en qué punto sabemos que se ha alcanzado?¿ se conformarían los padres con el supuesto hijo creado o “diseñado” por ellos,  si al final no llega a cumplir las expectativas que éstos habían puesto en el?¿ seguirían queriéndolo como supuestamente lo hubieran hecho al tener un hijo con características al azar o aleatorias?

Según el filósofo Michael Sandel aunque hay aplicaciones sensatas, el peligro profundo de la eugenesia y el diseño genético está en que reflejan una aspiración prometeica de rehacer la naturaleza para así satisfacer nuestros deseos y fines. La referencia es a al titán Prometeo que desafió a los dioses griegos para ayudar a la Humanidad. Pero de esa aspiración, de este ‘’diseño genético’’, en cierto modo beneficioso en la lucha humana siempre por mejorar,  se siguen consecuencias que habría que meditar. Una de ellas, por ejemplo, es que es que si nuestras características, la de los hijos, vinieran prefijadas, entonces no seriamos dueños de nuestras, estaríamos hablando de tener un destino fijado sin poder ser realmente nosotros mismos, sin decidir nosotros nuestros nuestro camino, sino para bien nuestra existencia sería como la expresión de la idea de la perfección de los determinados padres. 

Otro ejemplo, si en vez de aplicar este ‘’diseño humano’’ a futuros hijos lo aplicáramos por ejemplo a músicos para mejorar sus aptitudes a la hora de tocar algún instrumento musical con tal de convertirse en el mejor intérprete de este, ¿sería igual haber llegado hasta ser el mejor o ganar certámenes mediante el esfuerzo y el trabajo de ensayos diarios que al de una modificación en los genes que ya te hiciera tener una habilidad especial para destacar sin necesidad de todo este esfuerzo? Si lo miramos así podría ser el método perfecto con resultados  que no necesitan de un trabajo constante. Sería como pedir a la carta en un restaurante lujoso. Pero eso mismo,¿no sería comparable con los dopajes que se realizan algunos deportistas para incrementar su capacidad, por lo tanto sería una especie de ‘’juego sucio’’?

A todo esto según P.Sloterdijk un filósofo alemán dice que en general está de acuerdo en la “buenas” técnicas de mejora genética y accesibles a todo el mundo, defiende que las terapias genéticas deberían ser utilizadas ante todo para hacer al ser humano más resistente antes enfermedades para que así la especie pudiera pervivir, y visto de esta forma seria un método para evitar grandes penurias y adversidades que en ocasiones se viven, como por ejemplo algún determinado tipo de alergia o así mismo enfermedades que afectan a gran cantidad de personas en determinadas zonas del mundo que hoy en día se encuentran totalmente indefensas o incluso el poder evitar cualquier malformación que se pudiera crear y que llevaran al individuo afectado a problemas.  Pero ¿hasta qué punto habría que modificar todas estas resistencias?. La cuestión según Sloterdijk es la supervivencia humana, pero entonces ¿estaríamos hablando de esta misma especie tras haber alterado todas sus características para ‘’mejorarla’’?, y todo esto a la larga ¿podría estar convirtiendo a ciertos seres humanos en una especie de ‘’dioses terrenales’’ al definir el destino de otras personas? 

Y llevando esta idea más allá y teniendo en cuenta la naturaleza egoísta y en busca de poder del ser humano, no habría que descartar que todas esas nuevas posibilidades podría desarrollarse de nuevo en un sistema totalitarista, en el cual un soberano creara con estas técnicas una determinada serie de seguidores, los cuales les apoyaría y defendiera para obtener este poder, pues ‘’Siempre se repite la misma historia: cada individuo no piensa más que en si mismo.’’ (Sófocles).