sábado, 14 de febrero de 2015

¿En qué consiste ser justo?


Por José Ricardo Quevedo Lahoz . 1º BACH. C-F.

La justicia no ha de ser algo que sirva al hombre,
sino al revés, el hombre ha de servir a la justicia.

La definición de justicia depende de los valores de una sociedad y de las creencias individuales de cada persona. Al menos así lo pensó la corriente griega de los sofistas, un enfoque que cuestionaron Sócrates y Platón, tal y como veremos.
  El concepto de Justicia tiene su origen en la palabra latina “iustitĭa” y se refiere a aquella virtud cardinal que supone otorgar a cada uno lo que le pertenece o concierne. Pero entonces si, siguiendo a los sofistas, la justicia depende de los valores de cada sociedad o individuo, entonces no se le puede atribuir a ésta el valor de universal, ya que cada uno daremos una respuesta diferente dependiendo de nuestra situación.
Por el contrario, yo defenderé más bien, siguiendo a Sócrates y Platón, que la justicia es universal. Y siguiendo esa lógica, pienso que, aunque pertenezcamos a distintas culturas y nos diferencien algunos matices o tradiciones creados a partir de una de esas culturas, somos seres humanos y tenemos un código común y universal. Por lo tanto defino justicia como lo que se debe hacer de acuerdo a la razón y cuyo resultado sea un valor para un bien común para la sociedad.
Primeramente, cuando decimos justicia implícitamente tenemos que incluir la palabra sociedad, es decir la justicia es producto de la sociedad. Por sociedad entiendo todo grupo de personas, en el que muchas veces hay algunas partes más favorecidas que otras. Por otra parte, la justicia también se refiere al Poder Judicial y a las sanciones que éste toma sobre aquellos que obren injustamente. Las sanciones son decididas y aprobadas en leyes, que son el escrito formal que recoge el “consenso cultural” (lo que es mejor y mas correcto para convivir).
El problema reside en que las leyes que se aprueban no siempre son justas. Y por eso, cuando la sociedad “pide justicia” frente a lo que sería un crimen, lo que está haciendo es pedir al Estado que garantice o ponga leyes que eviten crímenes o que se imponga el castigo adecuado que merezca el acusado. Pero entonces, la gente se está basando en un sentido de la Justicia que está por encima de las leyes aprobadas en un Estado.                                                                  
Como he dicho fue en la antigua Grecia donde puede encontrarse este debate sobre el sentido de la Justicia. En el siglo V a.C., con la democracia y su esplendor económico y cultural, la situación en Atenas generó nuevos problemas sobre los que pensar.  Fueron los sofistas (muchos de ellos antes de Sócrates) los que, dejando de lado las reflexiones sobre la naturaleza, fueron los primeros en centrarse en el hombre y en la sociedad. Y fueron así pioneros en reflexionar sobre temas como: la democracia, la libertad y la ley.
Según ellos, la ley era el único “soberano permanente” (lo que marcaba las pautas en la convivencia). Y el valor de la ley sobre todo era servir de  fundamento a la democracia, porque podía ser la única barrera contra la ambición de poder de la gente que se intenta aprovechar. Los sofistas consideraban que las leyes son meramente convencionales y que como que cada pueblo tiene las propias, no tienen un valor absoluto. Además también pensaban que la justicia se practica por las ventajas que trae, ya sean en bienes materiales, honores o reputación.
Argumentaban que el ser humano es pasional y quiere satisfacer sus deseos, por eso se crean leyes que limitan estas ambiciones de los ciudadanos, para que no se llegue a afectar de mala manera la vida de otro ser por tus propios instintos pasionales. Es decir, no hay leyes exteriores a la sociedad, el hombre crea sus propias leyes para evitar el daño mútuo.
Pero también habían sofistas que decían que como las leyes eran un asunto convencional y práctico, puede ser que en una sociedad se llama Justicia sólo a lo que interesa a los que fuertes, a los poderosos, que son los que deciden las leyes. Y como no hay ninguna Justicia universal a la que se referirse, poco se puede hacer, más que intentar sobrevivir de forma astuta.
 Pero pienso que una ley no es justa si se hace lo que conviene al más poderoso o al más fuerte.  Creo que el sentido de la justicia precisamente es evitar que sean los más fuertes o poderosos quienes gobiernen solos las ciudades. De lo contrario, un gobierno de unos pocos establecería las leyes de su ciudad según su propio provecho y lo que les conviene.
Precisamente fue Sócrates, nacido por el año 470 a.C., el primer griego en iniciar la búsqueda de la verdadera Justicia, lo que acabó costándole la vida en una Atenas donde influían mucho los sofistas. Su vida fue filosofar y enseñar y enfocó su curiosidad intelectual en el ser humano y en su capacidad de conocer la verdad. Pienso, que como decía Sócrates, es cierto la verdad y la justicia están relacionadas, ya que la propia justicia lo que busca es la verdad.                                                                                                               
Sócrates nunca supo del todo cómo definir la justicia, al igual que con otros conceptos, ya que se centraba en negar las ideas erróneas de los demás. Pero reivindica la cualidad de la justicia y para él lo justo es despertar el pensamiento de uno mismo para llegar a la verdad, la cual es buena, sin importar las opiniones de la gente. También creía que la virtud personal (la ética) es el primer paso para llegar a la virtud política.
Esto último creo que es importante cuando se intenta, o intento, explicar el mal funcionamiento de nuestro mundo. La gente se pregunta y intenta obtener soluciones sobre y para el malfuncionamiento de, por ejemplo y entre tantas cosas, la política. Pero el problema no reside en la política, el problema reside en nuestra filosofía, es decir, sin filosofía moral y ética no existe la política. Y si la base (que es la filosofía) ya presenta numerosos errores, dada nuestra naturaleza de seres humanos que tiene una tendencia a equivocarnos, entonces nada más allá de la base va a estar bien construido.
Por lo tanto habría que presentar cambios radicales en la filosofía y su papel en el mundo y a partir de ahí, reconstruirlo todo bien, ya que la filosofia es indispensable para casi todos los aspectos de nuestras vidas.

La justicia no ha de ser algo que sirva al hombre, sino al revés, el hombre ha de servir a la justicia. Sócrates pensaba así, y también que la justicia es dar a cada uno lo que se merece. También decir que era injusto hacer un mal aunque sea como venganza. Según él, una persona justa y buena no debería temer a la muerte ni a ser víctima de una injusticia, ya que el mayor mal, peor que la propia muerte, es cometer uno la injusticia, mucho peor que padecerla.

La ética de Sócrates defiende que el ser injusto solo puede ser desgraciado y que actuar justamente lleva al hombre por el camino de la felicidad. Al contrario que los sofistas decía que lo justo o injusto no podía depender de la elección mayoritaria, ya que podría ser que muchos votaran por algo incorrecto.  Que sean más personas las que tengan el mismo punto de vista no quiere decir que tengan mas razón. 
En conclusión se podría decir que la justicia es una virtud, porque el hombre se pregunta al realizarla si esto le hará mejor o no. Gracias a la justicia, se puede decir que somos más felices y es sin duda es uno de los factores que hace que podamos vivir cordialmente.

No hay comentarios:

Publicar un comentario