sábado, 10 de diciembre de 2016

Del Cómo Soy al Cómo me comporto (sobre el conformismo)


IRENE FERNÁNDEZ CASTELLANO. 2. BATX. B1

Todas las sociedades funcionan con grandes dosis de conformismo y con pequeñas dosis de inconformismo. Según los sociólogos ambas actitudes son necesarias: la primera para reproducir y cohesionar la sociedad, la segunda para introducir novedades que quizás luego se queda. Ambas actitudes tienen sus ventajas e inconvenientes en cierta forma. En esta disertación voy a plantearme sólo el primero de los mecanismo sociales: el conformismo.
Podemos definirlo como la adaptación del individuo a un grupo social, por el cambio de sus propios puntos de vista, por las presiones reales o imaginadas que él cree que vienen de la mayoría. Por un lado, el conformismo es una actitud ante la vida, que, si se elige reflexionando puede generarnos mucha satisfacción, ya que nos permite aceptar y disfrutar de lo que ocurre en nuestro día a día, al tiempo que evita que vivamos en el constante lamento de aquello que no podemos cambiar. Es decir, nos conformamos al marco de referencia, puesto que intentar ir a la contra puede generar estrés. Pero, por otro lado, el conformismo, tiene el riesgo de ser una limitación en nuestras vidas, ya que al acomodarnos y resignarnos, no intentamos cambiar aquello con lo que no estamos a gusto. 
Hay muchas maneras de conformarse. Por ejemplo, habría que distinguir el “Cómo Soy” del "Cómo me comporto", pero muchas veces lo confundimos o la gente lo confunde. Es decir, que me conforme con frecuencia no quiere decir que sea conformista, simplemente es una actitud que escojo con frecuencia. Si bien, si llega a ser mi actitud más frecuente, es conveniente que también analice como me siento cuando así actúo.

En ocasiones, nos sentiremos bien, ya que, elegimos “conformarnos”, aceptando y disfrutando de la realidad. Es el momento de adaptarse y acomodarse al momento presente. Pero en otras ocasiones, ésta actitud, nos hace sufrir, al renunciar a nuestros propios intereses, al bloquearnos, limitarnos y paralizarnos en el camino que queríamos recorrer.
Sería conveniente descubrir, pues, qué nos lleva, con frecuencia, al conformismo, y descubrir si es miedo, comodidad, cobardía, evitación de conflictos o resignación, y sólo descubriéndolo podremos superarlo. Sólo conociéndos nuestros motivos finales, siendo conscientes de ellos, podemos también cambiarlos si quisiéramos. Son los sentimientos que encierra y las circunstancias que lo rodea lo que definen su naturaleza: una ayuda o un veneno.
En ese análisis quizás podamos superar los miedos o la resignación (si es que son los motivos que explican nuestra conducta conformista), y admitimos la posibilidad de tener algo mejor de lo que tenemos, ya no habrá motivo para el conformismo dañino. Entonces, será el momento de reflexionar, y decidir si seguir adelante, “sin conformarse”, buscando más caminos, más opciones, más oportunidades, ya que nada nos limita.

Y sólo cuando yo lo decida y me sienta bien por ello, “me conformaré”, porque me permitirá disfrutar y aceptar la realidad, adaptándome mejor a la vida en todas sus etapas.

No hay comentarios:

Publicar un comentario