miércoles, 7 de diciembre de 2016

Quiero sacar un 10

PAULA MAÍZ. 1. BATX. E
Realmente creo que somos muy pocos los que optamos por detenernos un segundo a pensar en si la educación está bien estructurada. Nadie hace nada por cambiarla, y cada vez se hace más difícil modificar algo que ya está establecido en nuestros hábitos del día a día..
Piden exámenes de una hora, cuando el contenido del examen exige más tiempo, claro para ‘’sacar nota’’. Quieren que hagamos un examen excelente, con la información más relevante sin explayarse pero sin sintetizar. Lo justo, que se note que tenemos los contenidos interiorizados. 
Un día le pregunte a mi profesora que porqué no me ponía un diez. Yo había puesto en el examen todos los contenidos que ella me pidió, y a demás en un tiempo muy breve. Ella me respondió que un examen nunca puede estar perfecto, que siempre se pueden añadir datos, pero que no me preocupara, total tenía un nueve.  Yo le respodí que si hubiera tenido más tiempo lo habría hecho mejor y ella me dijo que no siempre me van a dejar tiempo para acabar un examen. ¿Qué tipo de educación es esta?

Nervios, tensión, presión, exigencia, calificaciones imposibles…  Estas son las palabras que definen la educación de hoy en día. ¿Estudiamos para aprender o estudiamos para sacar nota?
En toda mi enseñanza escolar nunca he escuchado a un solo niño que haya dicho que ha aprendido mucho en ese examen o que le ha servido mucho esa explicación. Muchos han dicho que se les han olvidado los contenidos de un examen de hace una semana. Muchos han dicho que lo que estaban estudiando no les va a servir en su vida, porque de lo que ellos quieren trabajar no tiene nada que ver con eso y en su vida tampoco lo van a aplicar. Bueno pues dentro de esos ‘’muchos’’ me incluyo yo. Y  remarcándolo no quiero decir que esté orgullosa de ello, es más es deprimente.
La enseñanza está estancada, muchos profesores no incentivan a el alumno a que aprenda, pero es normal muchos de ellos también están desilusionados cuando los resultados de estos no salen como esperaban.  Es como un círculo, no podemos salir de ahí o no queremos y lo segundo es más preocupante, ya que si se puede cambiar y no se quiere es como lo primero.  Si los profesores están desilusionados y los alumnos también no podemos cambiar la enseñanza, es cosa de dos.
Por ello, he llegado a la conclusión de que no cambiamos la enseñanza por desilusión, por acomodamiento, porque pensamos que las cosas están bien así o no queremos admitir que están mal.
Podríamos empezar, a abreviar el temario, y con esto quiero decir que estudiemos los datos más relevantes, que sacar un 10 sea posible. Así bien podemos dedicar ese tiempo que nos sobra, estudiando hechos reales que muchos de nosotros desconocemos. ‘’Cultura general’’ lo llaman. Tenemos que abrir los horizontes al alumno, es decir,  motivarlo, ver más allá de los contenidos del examen , por ejemplo, comparándolo con la actualidad o aplicando ese temario a la vida. Solo así los alumnos se darán cuenta de que han aprendido algo nuevo que les ha servido.
El otro día escuché decir a una compañera de clase, que su abuela le dijo que cuando ella estudiaba solo había un libro en el que se condensaban todas las asignaturas. Ese comentario me llamó mucho la atención ya que me puse a pensar sobre eso y me di cuenta de que las personas mayores poseen más cultura general que muchos jóvenes que tienen varias carreras y han hecho varios master. No estoy diciendo que la educación de antes era más breve y mejor. Sino que podría haber un término medio. Aprender cultura general y contenidos, ya que la cultura general si se aprende. O lo que es otra cosa se debe enseñar.
Sacar un 10 es imposible.
Lo es,  porque nosotros hacemos que lo sea.


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1 comentario:

  1. También muy directa y clara. Más que una disertación filosófica,me parece que funciona sobre todo como columna periodística por su efectividad para denunciar con fuerza. Plantea algunas preguntas importantes siempre en educación. Me gusta siempre la de “¿Estudiamos para aprender o estudiamos para sacar nota?” Y sabemos que las dos cosas, porque aunque lo primero es lo importante, lo segundo es necesario para aprobar y seguir adelante en el sistema de estudios, que es también un sistema socialización, de avanzar en los escalones que conducen a la vida profesional, etc. Pero ¿por qué lo alumnos protestan más por suspender o por las notas bajas y no por aprender poco? ¿por qué si un profesor pone buenas notas, aunque se haya aprendido poco, casi nadie se queja? Sólo una vez, en una película que habla de educación, recomendable, Entre Muros, he oído a un alumnos confesar al final de un curso que no había aprendido nada. Pienso que no es que un tema de la escuela, sino de una actitud social general como muy práctica y acelerada, de hablar de notas todo el tiempo (como el que habla de los precios de las cosas) y no de si se está aprendiendo o no. Y aunque te doy la razón en que la educación necesita un cambio, también creo que es un poco misteriosa la educación, porque mientras uno estudia pasan muchas cosas todo el tiempo, que uno sobre la marcha no acaba de ver, a veces lo que se llama curriculum oculto, sólo mucho más tarde, y no siempre puede todo traducirse a soluciones perfectas, a fórmulas prefabricadas.
    Evaluar es muchas cosas, y los exámenes no es la única forma. Tienes razón. Pero también me pregunto ¿la gente estudiaría de verdad si no tuviera que examinarse? Porque no harían falta si todos el mundo quisiera voluntariamente sacar el máximo partido a lo que ve y oye en las clases. ¿se puede confiar que sin exámenes la gente de verdad aprovechará el tiempo y asimilará voluntariamente los contenidos más o menos perfectibles que se imparten? Como nadie parece convencido, pues se siguen con los exámenes. Pero efectivamente tienes razón hay muchos dilemas y paradojas para todos… profesores, sistema y estudiantes.

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