viernes, 20 de febrero de 2015

El amor se acaba


Por Bárbara Ramón Martínez. 1º BATX G.

Saber a toda hora del día y a cualquier 
distancia lo que está haciendo la persona, 
puede crear situaciones de celos absurdos, 
angustias absurdas y muchas más sensaciones
 y problemas absurdos

Casi siempre que mencionamos el tema del amor lo relacionamos bien con un sentimiento maravilloso o bien con uno terrorífico, ya que puede hacerte sentir la persona más feliz del mundo así como la persona más desgraciada. Podríamos discutir si dos personas que se han querido pueden dejar aparte los sentimientos pasionales que tuvieron en su día y mantener una buena relación de amistad. Es un buen tema de discusión, pero en este caso vamos a tratar varios temas que embarcan el amor y la amistad.
A casi todo el mundo le afectará este tema alguna vez en su vida (o varias), y por eso podríamos plantearnos algunas cuestiones. Desde las más típicas de por qué se acaba el amor, hasta mucho más profundas como si las personas pierden a otras personas.

Cuando una relación termina, por lo general, solemos buscar un culpable de ello en uno de los dos individuos, en otros casos, en cambio, se acepta que la culpa es mutua. Quizás la culpa no sea ni de uno, ni de otro (de un tercer individuo), a lo mejor han influido otros factores: entorno, sociedad, familia, amigos, situación, circunstancias de la vida, etc. Hay muchísimos factores que podrían desgastar esa relación.


Miremos por un momento en nuestro entorno, dentro de esta sociedad llena de caos en donde casi todos han tenido relaciones de meses o pocos años y en donde hay un alto número de divorcios al año. ¿No ves a nadie que se sale de lo común? Si, exacto, nuestros abuelos. Mientras en la actualidad los divorcios salen casi como pizzas en un local de comida rápida, nuestros abuelos, que vienen de años en donde no existía Telepizza, siguen juntos. ¿Qué truco tienen? ¿Cómo han hecho para pasar toda una vida juntos?  ¿Y con el mismo respeto y amor? Fascinante, ¿verdad? 
En el presente, sin embargo, vivimos en una sociedad capaz de conectarse con cualquier rincón del mundo. ¿Eso es bueno o malo para el amor? Quizás puede que este factor influya en que las parejas duren menos. Podemos conocer cualquier persona de cualquier parte del mundo gracias a ese mundo virtual e inmenso llamado Internet. Quizás Internet multiplique los deseos, los haga infinitos. ¿No se suele decir que se quiere lo que no se tiene?. Pero también que es una invitación y una posibilidad a encontrar nuestra persona ideal en otra parte.
Hablando de  Internet, hay otro factor que podría influir en nuestras relaciones. Las redes sociales, ahí exponemos casi toda nuestra vida, llegando a un punto en el que si nuestra pareja no nos da un “like” en nuestras publicaciones lo relacionamos en que “pasa de nosotros”, que si no contesta nuestros  Wahtsapps, nos está ignorando, que si comenta mucho en otros perfiles de otras personas, pensamos mal… y así podría pasarme todo un día.
El mundo virtual nos ofrece miles de comodidades y facilidades, pero también nos hace perder intimidad. Y aunque dos personas estén juntas, en mi opinión, se deben también respetar uno a la otra la intimidad de cada una. Saber a toda hora del día y a cualquier distancia lo que está haciendo la persona, puede crear situaciones de celos absurdos, angustias absurdas y muchas más sensaciones y problemas absurdos. ¿Dónde quedan las palabras bonitas? ¿Es más importante un bonito texto dedicado en Facebook que una carta escrita a mano? Si, a mano, esas dos partes inferiores del brazo que utilizas para sostener el móvil y teclear también sirve para escribir, no solo es necesario hacerlo en clase o en la declaración de la renta.
Cuando se está enamorado todo lo vemos mucho más bonito, la vida es bella, los pajaritos cantan, suena música alegre de fondo…pero de repente se acabó. ¿Por qué? A saber. Pero hay veces, y seguro que a muchos les ha pasado, se acaba el amor. ¿Se acaba el amor? Y entonces todo lo vemos feo, la vida es una mierda, los pajaritos son cuervos y nuestra banda sonora es como la lista de Schindler. Y entonces, ¿qué pasa con esas dos personas? Se dejan de hablar. Y una persona que ha sido todo para ti, pasa a ser un completo desconocido al cual no quieres ver ni en pintura. Y en algunos casos se llega incluso al odio, el sentimiento opuesto, a esa persona que tanto has querido y que creías perfecta, ahora para ti es el ser más despreciable.
 En otros casos, dos personas mantienen una buena relación, aceptan que han sido personas importantes y se mantiene esa relación, ya que pasan esa fase de enfado por todo lo sucedido, y cuando lo superan, pueden ser capaces de recapacitar y volver a mantener una relación cordial con la otra persona o incluso de amistad. Pero si dos personas mantienen un contacto, se suele atacar con el famoso “donde hubo fuego cenizas quedan”.
 Pero, ¿es tan fácil? ¿ se puede pasar del amor a la amistad? ¿Y del amor al odio? Volviendo al tema de que se acaba el amor. Cuando se acaba, ¿perdemos a esa persona?¿Se pueden perder a las personas? En esta sociedad egoísta, si te deja el novio/a, la culpa siempre es de la otra persona y las penas las ahogaremos en un cubata por la noche, porque estamos demasiado tristes y para animarnos nuestros colegas nos sacarán de fiesta.

Otro factor que inquieta en las relaciones amorosas podría ser la prisa. Tendemos a calificar todo y poner nombre a todo, tu eres novio, tu amigo, tu desconocido. Pero ¿por qué poner nombre a todo? ¿por qué no querer a alguien y ya? ¿Si preguntan quién es, decir el nombre orgullosos y ya está?
Mientras cada individuo sigue afrontando su situación amorosa (o posible fracaso amoroso) a su manera, dejo una reflexión que una vez leí:

“Durante toda mi vida he entendido el amor como una especie de esclavitud consentida. Pero esto no es así: la libertad sólo existe cuando existe el amor. Quien se entrega totalmente, quien se siente libre, ama al máximo. Y quien ama al máximo, se siente libre. Pero en el amor, cada uno de nosotros es responsable por lo que siente, y no puede culpar al otro por eso. Nadie pierde a nadie porque nadie posee a nadie.”  Fragmento del libro "11 minutos" (Paulo Coelho).

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